Lección 5: Requisitos previos
Requisitos previos
A continuación te voy a describir los requisitos previos para iniciar este viaje. Puedes apuntarlos para usarlos como recordatorio en tu proceso. Y es que tendemos a olvidarlos o a no darles la importancia que merecen. Pero ¿verdad que no te irías de viaje sin tu pasaporte? ¿O sin dinero en efectivo?
Vas a conversar contigo misma y como en cualquier conversación, necesitas:
Según el psicólogo W. James “mi experiencia es aquello a lo que decido prestarle atención”.
La escucha interior tiene como requisito básico la atención consciente. Esto es así porque tenemos poco hábito de darnos cuenta de lo que nos pasa (aunque no necesariamente entenderlo).
La atención es como el foco de una linterna; aquello que no está iluminado, es como si no reconociéramos que existe, y esto puede tener como consecuencia que nuestros malestares acaben surgiendo con mayor fuerza precisamente porque estamos desatendiendo algo. Vamos a iluminar tu interior.
- Busca la soledad: aíslate en tu lugar favorito; puedes encender una vela, poner música, encender incienso… Lo que tú quieras. Eso sí, procura que sea un rincón despejado, libre de distracciones. También puedes salir a algún lugar natural, quizá a algún parque o río.
- Realiza los ejercicios cuando estés tranquila, para poder concentrarte mejor. Si sientes emociones muy intensas, tu atención entra en efecto túnel y dejas de pensar con claridad. Cuando sentimos emociones muy intensas (éxtasis, pánico…), nuestra atención se cierra y perdemos información.
- Pasea de vez en cuando para ir asimilando los contenidos. Caminar y leer suelen formar un buen equipo.
- Presta atención no solo a lo que te resulta agradable, se trata de ganar en claridad también en aquellos aspectos de ti que no te gustan demasiado.
No todo es comprensible a través del intelecto, de lo racional. Trata de estar abierta a la posibilidad de escucharte desde diferentes niveles, más allá de los pensamientos. Como si fuera la primera vez, sin prejuicios. Dejándote sorprender por esta auto-indagación.
Las personas podemos tender a ser un poco cerebrales y a olvidar que nuestro ser va más allá de nuestros pensamientos, aunque este sea como el piloto de nuestro avión. Me refiero a que el sentir y los “pálpitos” tienen un gran protagonismo en nuestra escucha interior.
Por otro lado, la escucha interna puede llevarte a considerar momentos en que podrías haber actuado mejor y para reconocer esto es necesaria la apertura, así como el requisito siguiente:
Es posible que durante las paradas del viaje te veas tentada a juzgarte por sentirte de determinada manera. Ante todo, compasión. Compasión no significa sentir lástima por ti misma, sino ser amable y afectiva contigo misma. Todas las emociones aportan datos valiosos. Sentirte mal por sentir una emoción en concreto solo es producto de tu educación recibida y de los mitos existentes alrededor de las emociones.. ¡Tienes permiso para sentir lo que sea que estés sintiendo!
Si te cuesta dar este paso, imagina que no eres tú si no alguien a quien quieres mucho quien está viviendo tu experiencia. ¿Cómo le tratarías? ¿Qué le dirías? Procura extender esa compasión y ternura hacia ti misma.
También puede ocurrir que sientas urgencia por empezar a entenderte mejor. No te preocupes, es normal. Trata de disfrutar del proceso y confía en que irás entrenándote y consiguiendo mayor claridad poco a poco. Confía en tu práctica.
En un futuro, te invito a que vuelvas a los ejercicios con los que te hayas sentido más a gusto y que te hayan resultado más eficaces. La fuerza del hábito es esencial. Recuerda que se trata de un proceso. El auto-conocimiento, por suerte, nunca se agota. Es como el horizonte de nuestro viaje, más que el destino final. La mejor forma de llegar a ser es hacer.
¿Crees que cumples con los requisitos?
¡Pues vamos allá!





